De saludable, la población pasó a ser vulnerable, con un futuro incierto. Pasarán décadas antes de que la población de Península Valdés se recupere de una epidemia de gripe aviar sucedida en 2023, advierte un nuevo estudio publicado por WCS Argentina, CONICET y la Universidad de California Davis.

NEW YORK, EE.UU. | ABRIL 16, 2025
Se podrían necesitar 100 años antes de que la agrupación de elefantes marinos del sur de la Península Valdés, en la Patagonia argentina, vuelva a tener 18.000 hembras reproductivas, como en 2022. Un estudio publicado esta semana en Marine Mammal Science proyectó trayectorias poblacionales luego de la epidemia de 2023 del virus de alta patogenicidad H5N1, causa de la gripe aviar. Casi todas las crías nacidas en 2023 murieron, en forma directa o indirecta, por esa enfermedad. El virus mató además a un número indeterminado de adultos reproductores.
De acuerdo al nuevo estudio publicado por WCS Argentina, CONICET y la Universidad de California Davis, si el episodio hubiera afectado sólo a las crías, la población podría recuperarse a los niveles de 2022 entre 2029 y 2051. Esto es así porque la mortalidad natural en las primeras etapas de vida es de por sí muy alta. Pero si la enfermedad mató a una parte significativa de la población reproductiva, el año esperado de recuperación podría ser 2091.
La investigación presenta escenarios aún más dramáticos, como el que combina mortalidad de hembras adultas con la pérdida de oportunidades reproductivas por impacto sobre el sistema social a causa de la muerte de machos adultos. O cuando la epidemia se repite y mata a animales susceptibles a contraer la enfermedad. En el peor de los casos, la población se vería como en 2022 recién a mediados del siglo XXII.
Estas conclusiones se encuentran respaldadas por décadas de datos demográficos y de salud animal recopilados por investigadores de WCS Argentina, el Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas de la Argentina (CONICET) y la Universidad de California Davis, apoyadas por Liz Claiborne and Art Ortenberg Foundation, donante clave para el monitoreo de especies costero-marinas de la Patagonia.
La primera oportunidad de poner a prueba las hipótesis sobre las trayectorias poblacionales fue la temporada reproductiva de 2024. Los recuentos muestran que en las áreas de mayor densidad de animales el número de hembras reproductivas disminuyó un 67%, de 6.938 en 2022 a 2.256 individuos en 2024. Estos resultados son compatibles con los escenarios de alta mortalidad de adultos.

En pocas semanas, la epidemia de 2023 revirtió el estado de conservación de una población que había crecido de manera constante durante medio siglo y tal vez mucho más. De saludable, la población pasó a ser vulnerable, con un futuro incierto. Las enfermedades infecciosas que impactan poblaciones naturales agravarán su efecto con el calentamiento global. La Dra. Marcela Uhart, Directora del Programa de América Latina de la Universidad de California, Davis, y coautora de este estudio, destacó que "la gripe aviar ha demostrado de forma contundente el impacto devastador que las enfermedades pueden tener en las poblaciones de fauna silvestre. Es probable que estos efectos se magnifiquen bajo los escenarios actuales y proyectados de cambio climático. Por ello, es fundamental que reforcemos los esfuerzos de prevención para mitigar riesgos futuros".
El Dr. Claudio Campagna, asesor senior de WCS Argentina y coautor del estudio, señaló que "solo las poblaciones resilientes sobrevivirán a estas amenazas, aquellas con tamaño considerable, amplia distribución y protegidas frente a otras amenazas que causan mortalidad originadas en actividades humanas. La pesca de alto impacto, la agricultura extensiva o la minería a gran escala, al igual que la contaminación de diverso origen, requieren mitigarse para crear suficiente resiliencia en poblaciones naturales. Sin embargo, el cambio forzado del clima y la acidificación de los océanos están fuera de control. En este contexto, las epidemias son un posible camino hacia la extinción".
Ante este escenario, WCS Argentina sostiene la necesidad de realizar monitoreos periódicos de esta especie que aporten datos y sirvan de alerta en el caso de niveles anormales de mortalidad. Además, refuerza la importancia de proteger decenas de kilómetros de costa donde reproducen cientos de animales que hoy están expuestos al constante disturbio humano. La zonificación de la pesca deportiva y de los vehículos todo terreno aportaría diferencialmente a impedir mortalidad de crías durante los meses de agosto a noviembre.
"Con décadas de crecimiento, el elefante marino del sur de Península Valdés era una población saludable y protagonista de espectáculos naturales asombrosos. Hasta que la gripe aviar del 2023 dejó miles de crías muertas y nuestros ojos con lágrimas. El monitoreo continuo llevado adelante por WCS Argentina y el CONICET nos permiten dimensionar el impacto, y ahora más que nunca necesitaremos el apoyo de nuestros donantes para seguir monitoreando esta y otras especies centinelas de la integridad de nuestros ecosistemas costeros y marinos", concluyó Valeria Falabella, directora de conservación costero-marina de WCS Argentina y coautora del estudio.
_______________________
Contactos de prensa:
Mary Dixon, mdixon@wcs.org, +1 (347) 840-1242
Para revisar la nota original en inglés, sigue el enlace.
#JuntosPorLaVidaSilvestre 💚💙