El Ecuador mantiene un sistema de áreas protegidas que incluye 54 reservas que contienen una amplia gama de especies silvestres importantes globalmente. Sin embargo, este sistema provee solamente una protección parcial a la vida silvestre, puesto que las áreas protegidas individuales son demasiado pequeñas para proteger las especies silvestres clave con requerimientos de grandes hábitats. Adicionalmente, las áreas protegidas pueden estar fragmentadas internamente y desconectadas de la totalidad del amplio paisaje, con implicaciones negativas para la viabilidad poblacional de las especies silvestres.
A través del proyecto "Desarrollo de Enfoques de Manejo de Paisajes en el Sistema Nacional de Áreas Protegidas del Ecuador para mejorar la Conservación de la Vida Silvestre en Peligro de Extinción Mundial”, más conocido como Proyecto Paisajes-Vida Silvestre, liderado por el Ministerio del Ambiente, financiado por el Fondo para el Medio Ambiente Mundial (GEF); el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), como agencia implementadora; y Wildlife Conservation Society Ecuador (WCS), como socio ejecutor, se buscó consolidar el enfoque de paisaje en Ecuador dentro del Sistema Nacional de Áreas Protegidas (SNAP), contribuyendo así a las inversiones existentes en este sistema y al cambio de paradigma que aumentaría la eficacia en la disminución de las presiones sobre la flora y fauna a nivel nacional. Esto con el fin de mejorar el hábitat y la conectividad para la vida silvestre, aumentar la capacidad de las comunidades nativas de usar la vida silvestre de manera sustentable, reducir los conflictos con carnívoros grandes y mejorar la coordinación institucional para reducir la caza ilegal y el comercio de vida silvestre implementado sistemas de control más efectivos.
Este proyecto se enfocó en cinco sitios (paisajes) tomando en cuenta: el tamaño y los niveles de conectividad, la presencia de especies amenazadas, los niveles de amenaza que producen las actividades humanas, los niveles de endemismo de especies silvestres, la representatividad del ecosistema y la diversidad del ecosistema. Estos son:
- Pambilar-Cotacachi Cayapas
- Cotacachi Cayapas-El Ángel
- Llanganates-Antisana-Cofán Bermejo
- Yasuní-Cuyabeno
- Podocarpus
Adicionalmente, el PPVS trabajó en la conservación de 18 especies de vida silvestre amenazada globalmente (Tabla Especies prioritarias del proyecto Paisajes-Vida Silvestre), que fueron seleccionadas con base en el siguiente criterio:
- Hábitat: los rangos de las especies seleccionadas fueron categorizados con base en el hábitat de los individuos, sus distancias de dispersión y el tamaño del área para mantener una población ecológicamente funcional. Estas especies requieren conectividad entre las zonas de hábitat óptimo en amplios paisajes de áreas protegidas.
- Vulnerabilidad: las especies fueron clasificadas de acuerdo con las categorías de amenaza IUCN: En Peligro Crítico (CR), En Peligro (EN) o Vulnerables (VU), Casi Amenazado (NT), Datos Insuficientes (DD), Preocupación Menor (LC) y No Evaluadas (NE).
- Heterogeneidad del hábitat: aunque el tamaño del rango es importante, algunas especies también requieren una variedad de diferentes hábitats para alimentación, reproducción y dispersión.
- Funcionalidad ecológica: algunas especies tienen efectos significativos en la estructura y función del ecosistema, por lo tanto, su conservación garantiza el mantenimiento de ecosistemas y comunidades saludables. Por ejemplo, los depredadores grandes como los jaguares controlan la composición de la abundancia de presas; los primates dispersan semillas; y los ungulados, como el pecarí, tienen un efecto profundo en la regeneración de especies del dosel y en la estructura del sotobosque.
- Importancia socioeconómica: se priorizaron las especies con importancia socioeconómica (puede ser positiva, por ejemplo en términos culturales, como alimento para la gente local o como una atracción turística; o negativa por medio del daño a cultivos, la transmisión de enfermedades o la competencia por recursos limitados).