Un nuevo informe de Wildlife Conservation Society (WCS) estudia cómo recrear las distancias para que los humanos no molesten a la fauna silvestre. La Covid-19 no es la única razón para mantener la distancia social. Los resultados pueden informar a los entusiastas de las actividades al aire libre y a los gestores de los recursos naturales, que tienen la tarea de conservar la biodiversidad al tiempo que facilitan el acceso de las personas a las áreas protegidas.
NUEVA YORK, EE.UU. | 21 DE ABRIL DE 2021
Dos metros de distancia social puede ser la nueva norma entre las personas. Un nuevo informe de WCS dice que si no quieres molestar a la vida silvestre, tienes que mantenerte muy lejos.
El informe, que se publicará próximamente en la revista Nature Conservation, analizó 38 años de investigación sobre el efecto de las actividades recreativas no consuntivas, como el senderismo, en la fauna silvestre para intentar determinar el punto en el que la recreación comienza a provocar cambios fisiológicos o de comportamiento en los animales.
Descubrieron que, en el caso de las aves zancudas y pájaros cantores, los umbrales de distancia eran generalmente inferiores a 100 metros (109 yardas), mientras que en el caso de los halcones y las águilas eran superiores a 400 metros (437 yardas). Los umbrales de distancia de los mamíferos variaron ampliamente, desde los 50 metros (54 yardas) de los pequeños roedores hasta los 1.000 metros (1.093 yardas) de los grandes ungulados, como los alces.
Las actividades recreativas al aire libre están cada vez más reconocidas por sus posibles efectos negativos sobre los individuos y las poblaciones de fauna silvestre, pero los planificadores y gestores de recursos naturales a menudo consideran que carecen de recomendaciones científicas sólidas para informar sobre el diseño de las infraestructuras recreativas y la gestión de las actividades de ocio.
Según Cristina Mormorunni, Directora Regional del Programa de las Montañas Rocosas de WCS: "La huella de la recreación está creciendo, especialmente durante el COVID, tanto en escala como en duración. Ahora es durante todo el año y penetra cada vez más en las zonas silvestres. Estamos trabajando duro para elevar estas realidades e involucrar a la industria de las actividades al aire libre y al público a trabajar en colaboración para disminuir nuestros impactos en la vida silvestre y los lugares silvestres."
Los autores no encontraron una diferencia significativa entre el umbral de distancia de los distintos grupos de actividades recreativas. Además, había grandes lagunas en la literatura científica en relación con varias variables de recreación y grupos taxonómicos, incluyendo anfibios, invertebrados y reptiles.
Los resultados ponen de manifiesto la necesidad de realizar estudios adicionales para medir los efectos sobre cuándo, dónde y qué tipos de actividades recreativas disminuyen su impacto sobre la vida silvestre. Un conocimiento más profundo de la ecología de las actividades recreativas será importante tanto para los aficionados a las actividades al aire libre como para ofrecer mejores recomendaciones a los gestores de los recursos naturales encargados de conservar la biodiversidad al tiempo que facilitan el acceso de las personas a los terrenos públicos.
El informe se elaboró gracias a una subvención concedida a WCS por el Sonoma Land Trust. Entre los autores se encuentran Jeremy Dertien de la Universidad de Clemson, Courtney Larson de The Nature Conservancy y Sarah Reed de la Fundación Robert y Patricia Switzer.
Revisa el estudio: Recreation Effects on Wildlife: A Review of Potential Quantitative Thresholds
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Stephen Sautner, ssautner@wcs.org; +1 908-247-2585
Para revisar la nota original en inglés, sigue el enlace.
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