La compensación es una herramienta relativamente nueva que sirve para gestionar los impactos residuales una vez que se haya aplicado adecuadamente la jerarquía de la mitigación. Esta compensación requiere una evaluación seria y cuidadosa. Cualquier iniciativa de compensación debe tomar en cuenta la adicionalidad y la equivalencia ecológica:
Adicionalidad: esto se consigue cuando la medida de compensación produce un efecto adicional al que hubiera ocurrido si la medida no se habría implementado (Sarmiento et al., 2015).
Equivalencia ecológica: esta condición se cumple cuando el área en la cual se compensa y el área en la que se produjo el impacto comparten similitudes en términos de biodiversidad, condiciones y servicios ambientales (Sarmiento et al., 2015).
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