Desde el 2021, WCS Ecuador ha trabajado con la Asociación de Pescadores Artesanales del Río Napo en el fortalecimiento de sus capacidades y el uso de la aplicación Ictio, con el fin de promover la conservación de los recursos pesqueros y los ecosistemas acuáticos en una de las regiones más biodiversas del mundo, la Amazonía ecuatoriana.

QUITO, ECUADOR | NOVIEMBRE 21, 2023
Históricamente, la pesca ha sido considerada como una actividad dominada por hombres. Sin embargo, Linda Bucheli, presidenta de la Asociación de Pescadores Artesanales del Río Napo y las mujeres que forman parte de esta organización, están desafiando las normas tradicionales. Ellas participan activamente en todas las fases de este noble oficio y ocupan cargos dentro de la directiva, lo que garantiza su participación en la toma de decisiones.
“La iniciativa nació de mi papá que constituye la segunda generación de pescadores en mi familia después de mi abuelo. Empezamos con trece socios y después de un proceso muy largo y duro, que nos tomó más de un año, nos conformamos como asociación en el 2010. Hoy somos cinco mujeres y nosotras también tenemos voz y voto, jugamos un papel fundamental en la pesca”, comenta Bucheli.

En ese entonces, un grupo de pescadores artesanales liderados por Jorge Bucheli decidieron asociarse motivados principalmente por conseguir la fijación de precios justos para la carne de pescado. Ahora, esta organización establecida en la ciudad del Coca, en la provincia de Orellana, es la única asociación de pescadores legalmente constituida en toda la Amazonía ecuatoriana.
Desde el 2021, Fernando Anaguano, biólogo y especialista en Ictiología de WCS Ecuador, ha trabajado con este grupo en el fortalecimiento de sus capacidades y el uso de la aplicación Ictio, una herramienta de ciencia ciudadana, que busca entender las migraciones de peces amazónicos. Él cuenta que más del 50% de las y los socios de esta organización son usuarios/as de este aplicativo y están generando información muy valiosa sobre sus capturas:
“En Ecuador no existen datos sobre los desembarques pesqueros para la Amazonía y en la Ciudad del Coca, por ejemplo, no existe un puerto de desembarque pesquero que permita recopilar información sobre las pesquerías en el río Napo. Los registros de las/los pescadores nos permitirán tener datos certeros sobre el número de especies que se explotan, qué cantidad de carne de pescado extraen y además, comprender cómo varían estas extracciones y las especies a lo largo del tiempo”.

En sus rutas por los ríos Payamino y Napo, Jonathan Espinosa, pescador de la asociación y uno de los usuarios de Ictio, ha visto como los peces del río están disminuyendo: “Yo recuerdo que uno colocaba la malla en cualquier zona y conseguía su carnada. Ahora, ya no se encuentra fácilmente a las especies en el río, parece que están huyendo a zonas más alejadas y de difícil acceso”, explica. Estos ecosistemas están amenazados por los derrames petroleros, las actividades mineras artesanales y la sobreexplotación.
Como parte de las acciones de trabajo con esta organización, Anaguano junto a las y los pescadores elaboraron un diagnóstico de gobernanza que permitió identificar las fortalezas y debilidades de la asociación. Este documento evidenció la necesidad de fortalecer sus conocimientos sobre la normativa ambiental vigente: “esto les permitirá no incurrir en delitos ambientales especialmente contra la vida silvestre, ya sea por transportar carne de monte o elementos constitutivos”, argumenta Anaguano.
Por esto, gracias a la alianza entre Wildlife Conservation Society (WCS) y la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID) a través de la iniciativa regional Conservando Juntos, y con el apoyo de Gordon and Betty Moore Foundation, se organizó un taller conjuntamente con el Ministerio del Ambiente, Agua y Transición Ecológica (MAATE), con el fin de socializar información sobre las amenazas a las que están sujetos los animales silvestres, así como las sanciones y aplicación de la normativa vigente relacionada a los delitos contra la flora y fauna establecidos en el Código Orgánico Integral Penal (COIP) en su artículo 247.

Como próximos pasos, Anaguano destaca la necesidad de crear un acuerdo interno de pesquería que incluya acciones que permitan regular la pesca, como el uso de artes de pesca no nocivas con el fin de asegurar la sostenibilidad de los recursos a largo plazo. Así, la Asociación de Pescadores Artesanales del Río Napo se constituye un actor estratégico para la conservación. Hombres y mujeres que han dedicado su vida a este arte, son los guardianes de los recursos pesqueros y los ecosistemas acuáticos en una de las regiones más biodiversas del mundo, la Amazonía ecuatoriana.
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Contacto de prensa:
María Emilia Ulloa, mulloa@wcs.org
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